Ser el líder de un equipo de trabajo y de una organización en general no es una labor sencilla, pero sí es muy necesaria. Es una obligación que permite forjar una cultura corporativa donde todos los integrantes se sientan capaces de aportar en el logro de los objetivos. Y así como es idóneo seguir un protocolo para la selección de personal nuevo, también es oportuno apegarse a él a la hora de despedir a un trabajador.
Si bien dar término a un contrato laboral no es una situación agradable para ninguna de las partes involucradas (empresa – trabajador), siempre es recomendable hacerlo de una forma adecuada. Y es que aprender a despedir forma parte de las tareas de un buen líder. Apóyese en los siguientes consejos para hacerlo de la mejor manera:
Lo principal es respetar la privacidad de cada empleado aun cuando las causas del término laboral no hayan sido las mejores. Así que evite que el despedido pase a ser el tema de conversación del lugar de trabajo. Permita que el empleado sea quien comparta con sus compañeros su retiro, él sabrá si comunica los motivos de despido.
Informe sobre el despedido de manera personal, no por teléfono y mucho menos por correo electrónico o mensajes con otros supervisores. La forma correcta es reunirse con el profesional y manifestarle la decisión. Es muy importante que le dé la oportunidad de expresarse, esto no lo obliga a mantenerlo dentro de su empresa, si no lo desea. Pero sabrá (si es el caso) si el profesional sería capaz de aplicar mejoras.
Apegándose a los basamentos legales que rigen el trabajo, todo empleado tiene el derecho de conocer porqué lo están despidiendo. ¡Exponga sus motivos! Evite la formación de suposiciones y rumores que podrían afectar la imagen y la reputación de su empresa. Sea breve en la explicación y argumente muy bien las razones de despido.
¡Respete las exigencias legales! Al momento de despedir a un empleado debe respetar la indemnización que le corresponde por el tiempo que laboró en su empresa, además de las prestaciones reglamentarias establecidas en la ley. Déjele saber de inmediato que se le respetarán sus derechos y que recibirá el pago correspondiente.
El viernes es el día “usual” para despedir a un empleado, sobre todo en horas de la tarde cuando ya hay pocos empleados en la empresa. Sin embargo, es una mala praxis que debe erradicarse, se orilla al trabajador a “huir”, a no regresar la próxima semana sin siquiera dar explicaciones a sus compañeros. Puede escoger cualquier día, comuníqueselo al trabajador y dígale que dispone de X días para retirarse dignamente.
Hay ocasiones donde circunstancias ajenas al rendimiento le obliga a prescindir de buenos trabajadores. Una forma de retribuir sus servicios y extender una “disculpa” es emitiendo una carta de recomendación para que le sea más fácil hallar un trabajo.
Todo buen líder sabe llevar las crisis empresariales, incluyendo los despidos.