Actualmente, el rendimiento de los empleados es un aspecto fundamental para determinar la productividad de una empresa, la cual ayuda a ejecutar el trabajo en el menor tiempo posible, a costes bajos y garantizando la más alta calidad. Cubrir todas estas exigencias le permite a cualquier negocio ser competitivo en el mercado y aumentar su desarrollo profesional.
Por tal motivo, queremos darte a conocer las estrategias más eficaces para evaluar el desempeño de tus empleados. Potencia sus habilidades y corrige las fallas para que cuentes con un talento humano destacado y eficiente.
Para medir el desempeño de los trabajadores debes tomar en cuenta las estrategias adecuadas, según los objetivos planteados por la organización y el tipo de funciones que realizan. Esto se debe a que algunos métodos se adaptan mejor que otros a ciertos puestos de trabajo:
– Feedback 360º: su objetivo es medir el desempeño de un empleado según la percepción que tienen sus compañeros de trabajo. Para ello, el departamento de talento humano debe desarrollar preguntas y criterios claros que faciliten la evaluación. Es una estrategia ideal para crear una adecuada dinámica de trabajo y se adapta a todo tipo de puestos, desde los rangos más altos hasta los más bajos.
– Gestión por objetivos: permite conocer la medida en la cual el rendimiento de los empleados contribuye a alcanzar los objetivos establecidos por la empresa. Para aplicarla, los supervisores deben plantear metas claras y un plan de acción que se evaluará en forma periódica. Se aplica a puestos medios donde se deben tomar decisiones a corto, mediano y largo plazo. Ayuda al trabajador a enfocarse en el cumplimiento de objetivos.
– Medición cuantitativa: es la estrategia clásica para medir en términos numéricos la productividad en distintas áreas como producción, ventas o servicios en un plazo de tiempo establecido. Para llevarla a cabo se establece un nivel de productividad que servirá de referencia para evaluar el rendimiento de cada empleado. Es ideal para quienes se encargan de la producción o prestación de servicios y permite mejorar el desempeño en forma progresiva.
– Gestión de tiempo: se trata de un método que evalúa la productividad con base en las horas trabajadas. Es ideal para identificar las tareas menos productivas en razón del tiempo disponible. Es aplicable a todos los cargos sin excepción, y ayuda a que los empleados noten el tiempo no aprovechado en el cumplimiento de sus labores diarias. Ten en cuenta que los indicadores varían según los puestos evaluados.
– Productividad en las ganancias: en este caso, la evaluación está orientada a comparar las ganancias obtenidas con la inversión realizada para identificar la productividad del trabajo. Así como la medición de distintos equipos de trabajo que realizan la misma función. Se adecua a empresas grandes y pequeñas en cualquier puesto, y permite disminuir la inversión en tiempo y dinero para aumentar la utilidad final.
– Calidad de trabajo desempeñado: consiste en dividir grandes proyectos en tareas individuales. Sirve para medir el rendimiento según la capacidad que tienen los empleados para ejecutarlas con máxima calidad, sin tomar en cuenta el tiempo de ejecución. Se adapta a puestos medios, ayuda a reducir el estrés y a aumentar la satisfacción laboral, ya que los trabajadores comprenderán la importancia de su participación en los logros alcanzados por la empresa.
Aplicar buenas estrategias de evaluación de desempeño potenciará el crecimiento organizacional y disminuirá la pérdida de talento humano valioso que ayude a crear una imagen confiable de tu negocio.